MES DE MARÍA

Estamos celebrando el mes de mayo, mes de María en muchas latitudes. Desde esta página también queremos dedicarle unos minutos a María y, sobre todo, dar gracias a Jesús porque, en la persona de Juan, desde la cruz, nos hace el regalo más grande, nos entrega su mayor tesoro: ¡a su madre!

Estas fechas nos invitan a enfocar en ella nuestra mirada, no sólo por su papel maternal, sino porque, como la definen muchos autores, ella es la primera discípula y será también la confianza firme que acompañe a la comunidad naciente, quien sepa ver señales donde los atribulados discípulos no podían verlas y quien guíe su oración y la apertura al Espíritu.

No podemos hacer otra cosa que dar gracias a Jesús por este grandísimo regalo, y dirigirnos a ella como lo haríamos con nuestra propia madre: en confianza, con cercanía, presentándole nuestras necesidades y las de cuantos nos rodean porque, ¿cómo Jesús le va a negar nada a su madre? Nos confiamos a su intercesión y a que, como madre, ella nos cuida y nos protege.

Especialmente, encomendamos a María tantos niños corazonistas que en este mes recibirán a Jesús por primera vez y pasarán a ser miembros de pleno derecho en la asamblea eucarística. Que, de su mano, sepan afianzar su amistad con Jesús, ese encuentro del día a día en las cosas pequeñas.

MARÍA, MADRE NUESTRA, RUEGA POR NOSOTROS.